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Familias ensambladas
fijo, sino de una forma familiar para la que resulta necesaria la tolerancia
y el respeto. Como con acierto se apunta “En estas nuevas familias se da
un entramado de relaciones más complejo, dado que no solo interactúan
en el escenario familiar el padre, la madre y los hijos sino que uno de
los progenitores vive fuera de ese núcleo pero no por eso deja de ejercer
también su influencia, amén de que los integrantes aportan experiencias
referidas a su vínculo anterior” . Aunque no cuento con datos sobre el
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tema en el contexto patrio, la durabilidad de estas familias es bastante
fluctuante, en tanto que en ocasiones las personas pasan una buena parte
de la vida ensayando su proyecto de vida y ensamblan y desensamblan
familia con una vertiginosidad pasmosa.
Tradicionalmente ha existido un temor reverencial a las segundas
nupcias. Estas han sido asimiladas a los supuestos de viudez, y con una
visión androcéntrica, su permisibilidad social se ha visto asociada con
la necesidad del hombre viudo de encontrar una mujer que desde la
posición de madrastra, reemplace a la madre en el cuidado y atención de
los niños y adolescentes habidos del matrimonio anterior. Las figuras de
la madrastra y del padrastro han sido concebidas en el cine, la literatura y
el arte en general como seres despreciable, lleno de recelos y resquemores,
que irradian odio y desprecio hacia los hijos de su consorte. “Personajes
recordados en las creencias sociales como seres crueles e indeseables
que desde los cuentos de hadas abusan y dañan a sus hijastros. Sólo se
los nombra públicamente cuando son autores de hechos ignominiosos,
como abusos sexuales o malos tratos cometidos contra los hijos de su
cónyuge o compañero/a” . Este maniqueísmo con el que se ha visto a
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madrastras y padrastros pudiera aducirse que en cierto modo se sigue
arrastrando. En la actualidad la nueva pareja del progenitor conviviente,
empero, tendrá a su cargo nuevos roles que desempeñar porque lo más
común no es que el otro progenitor no conviviente haya fallecido, sino que
existe físicamente, y puede incluso asumir con éxito su papel de padre o
madre, desde el nuevo hogar en el que vive, aunque no se comparta la
convivencia con el hijo habido del matrimonio o unión anterior. Puede
perfectamente funcionar la pareja parental, resultante, de la extinción
de la pareja conyugal, con roles bien definidos, en tanto que la nueva
3 paVan, Valeria, “La familia ensamblada”, en www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/
EL001711.pdf, consultado el 11 de febrero del 2011, p. 5.
4 grosman, Cecilia e Irene marTínez aLcorTa, “Vínculo entre un cónyuge y los hijos del otro en
la familia ensamblada. Roles, responsabilidad del padre o madre afín (padrastro/madrastra) y los
derechos del niño”, en JA 1995-III-874, Lexis No. 0003/001780 (en soporte informático).
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