Page 115 - Fondo Editorial del CNL
P. 115

Familias ensambladas


           fijo, sino de una forma familiar para la que resulta necesaria la tolerancia
           y el respeto. Como con acierto se apunta “En estas nuevas familias se da
           un entramado de relaciones más complejo, dado que no solo interactúan
           en el escenario familiar el padre, la madre y los hijos sino que uno de
           los progenitores vive fuera de ese núcleo pero no por eso deja de ejercer
           también su influencia, amén de que los integrantes aportan experiencias
           referidas a su vínculo anterior” . Aunque no cuento con datos sobre el
                                        3
           tema en el contexto patrio, la durabilidad de estas familias es bastante
           fluctuante, en tanto que en ocasiones las personas pasan una buena parte
           de la vida ensayando su proyecto de vida y ensamblan y desensamblan
           familia con una vertiginosidad pasmosa.

             Tradicionalmente ha existido un temor reverencial a las segundas
           nupcias. Estas han sido asimiladas a los supuestos de viudez, y con una
           visión androcéntrica,  su permisibilidad social se ha visto asociada con
           la necesidad del hombre viudo de encontrar una mujer que desde la
           posición de madrastra, reemplace a la madre en el cuidado y atención de
           los niños y adolescentes habidos del matrimonio anterior. Las figuras de
           la madrastra y del padrastro  han sido concebidas en el cine, la literatura y
           el arte en general como seres despreciable, lleno de recelos y resquemores,
           que irradian odio y desprecio hacia los hijos de su consorte. “Personajes
           recordados en las creencias sociales como seres crueles e indeseables
           que desde los cuentos de hadas abusan y dañan a sus hijastros. Sólo se
           los nombra públicamente cuando son autores de hechos ignominiosos,
           como abusos sexuales o malos tratos cometidos contra los hijos de su
           cónyuge o compañero/a” . Este maniqueísmo con el que se ha visto a
                                  4
           madrastras y padrastros pudiera aducirse que en cierto modo se sigue
           arrastrando. En la actualidad la nueva pareja del progenitor conviviente,
           empero, tendrá a su cargo nuevos roles que desempeñar porque lo más
           común no es que el otro progenitor no conviviente haya fallecido, sino que
           existe físicamente, y puede incluso asumir con éxito su papel de padre o
           madre, desde el nuevo hogar en el que vive, aunque no se comparta la
           convivencia con el hijo habido del matrimonio o unión anterior. Puede
           perfectamente funcionar la pareja parental, resultante, de la extinción
           de la pareja conyugal, con roles bien definidos, en tanto que la nueva
             3   paVan,  Valeria,  “La familia  ensamblada”,  en  www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/
           EL001711.pdf, consultado el 11 de febrero del 2011, p. 5.
             4  grosman, Cecilia e Irene marTínez aLcorTa, “Vínculo entre un cónyuge y los hijos del otro en
           la familia ensamblada. Roles, responsabilidad del padre o madre afín (padrastro/madrastra) y los
           derechos del niño”, en JA 1995-III-874, Lexis No. 0003/001780 (en soporte informático).

                                         113
   110   111   112   113   114   115   116   117   118   119   120