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Prólogo

                                Por Jesús Gómez Taboada *

             Me propone Gunther Gonzáles Barrón que prologue este libro, pues
           sabe que conozco a Leonardo Pérez Gallardo desde hace más de quince
           años. En efecto, nos topamos en Varadero en mayo de 1998, con ocasión
           una de las habituales Jornadas notariales cubanas. Y, desde entonces, se
           ha ido fraguando una amistad entreverada y fortalecida por el Derecho.
           Pues, allá donde nos hemos visto, y ha sido con frecuencia (La Habana,
           Madrid, Barcelona, el Cusco), nos hemos dedicado, sobre todo, a departir,
           conversar y discutir –a veces acaloradamente: también discrepamos- sobre
           esta rama del saber. Así que, de la misma forma que se dice que el deporte
           une y traspasa fronteras, lo mismo ocurre con el Derecho. En especial, lo
           percibimos aquellos que nos sentimos fascinados por el fenómeno jurídico.

             Aún así, intento, dentro de lo posible, que la amistad no nuble mi
           percepción del autor ni de su obra. Leonardo tiene muchas aptitudes y
           cualidades. Pero la que más destaca hoy, a mi juicio, es su enciclopédico
           conocimiento del Derecho Civil hispanoamericano, incluyendo, por
           supuesto, el español. Se pensará que tal afirmación es una hipérbole,
           pues esa comunidad la constituyen un buen número de naciones. Pero
           cualquiera que haya leído u oído a Leonardo sabe que es así, y de hecho
           su labor, en los últimos años, lejos de centrarse (sólo) en el Derecho de
           su país, Cuba, se ha propagado a los de todo el área. Los organizadores
           de cursos, congresos y demás eventos lo saben: si se trata de Derecho
           comparado, llamemos a Leonardo.

             Con todo, la obra que tienen en sus manos está basada en el ordenamiento
           jurídico cubano. Pero, eso sí, con una clara vocación de universalidad. Una
           de las más fructíferas consecuencias del dominio de textos legales de varios
           países radica en la posibilidad de ir tomando de cada uno lo mejor. Es
           cierto que cada país tiene sus peculiaridades; pero la tendencia, derivada
           de internacionalización de las relaciones y la suavización de las fronteras,
           es esa: la adopción de las instituciones, figuras o normas de otros países

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